Dejando atrás un país que me dio alas para volar. Como buena nieta de emigrantes, en mis genes estaba la inquietud y la curiosidad por viajar, conocer mundo, experimentar, experimentarme.
Tras la inesperada muerte de mi mamá en noviembre de 2016, la vida me sacudió por segunda vez. A los meses me separe de mi pareja de más de 10 años juntos y comenzó la aventura para mi en España.
Viaje, descanse, disfrute, hice varios duelos, y gracias a mis hermanas que aquí me esperaban, comencé una nueva vida.
Empecé a trabajar en un centro en Madrid de salud, deporte y estética. Investigué y aprendí mucho con miles de clientes. Siempre recuerdo la escuela de hábitos que era este fantástico sitio, afortunada de encontrarlo.
Durante este proceso de trabajar con la mayoría, mujeres me di cuenta como las dietas tradicionales de toda la vida no funcionaban para todas por igual. Había algo en la exigencia, el contar calorías y las dietas estrictas que no iba con las hormonas femeninas.
A lo largo de esos 3 años, se iba revelando información importante para mi, mis clientas no estaban 100% a gusto con sus cuerpos, no podían sostenerlo por mucho tiempo el proceso de cambio de hábitos a esa nuevo estilo de vida que anhelaban, y la verdad que yo tampoco...
Había llegado a mi peso ideal, hacía ejercicio, tenía trabajo, una pareja, todo lo que cumplía el famoso "checklist social" pero...
¿Era feliz?
Hoy mirando con retrospectiva, había un ruido en mi interior, una necesidad de llenarme, de que nada era suficiente.
Con el tiempo identifique un gran vacío que existía dentro de mi,
¿Un vacío de que?
Mis reglas habían desaparecido, mis desbordes con la comida por la noche habían aumentado, lloraba, me enfadaba y me irritaba sin explicación, no entendía nada.
Era momento de buscar ayuda médica y terapéutica, análisis, datos, estudios que me ayudaran a entender que le estaba ocurriendo a mi cuerpo, que mis reglas habían desaparecido...
Fue casi un año de análisis que resultaron bien, no parecía haber nada “ técnico” u hormonal sucediendo.
Esto hizo que mi confusión aumenta aún más, no habían pruebas científicas que avalaran mi condición de salud.
¿Qué me estaba diciendo mi cuerpo?...
La pandemia llegó a mi vida en un momento que desató una segunda crisis existencial, me hizo parar, parar a sentir todo eso que no estaba pudiendo hacer: Atenderme.
Duele abandonarse, duele no entenderse, duele no mirarse.
Fueron semanas de llorar, comer y dormir. Mi empresa cerró por unos meses y encerrarme en casa fue una parada obligada para cuidarme.
Mi conexión espiritual se hizo más fuerte.
Fueron unos meses muy introspectivos y muy ricos en volver a conectarme a mí:
Yoga, caminar, comer sano y nutritivo y no de dieta, disfrutar, cuidarme, conocer mis ritmos, respetarme y sobre todo disminuir el estrés que traía acumulado hace tanto tiempo.
Para mi sorpresa con todo mi trabajo personal mis reglas empezaron aparecer, con dolor, pero volvieron, luego de casi 2 años sin ellas...
Eso me llevó a empezar a sentir a mi cuerpo, a conectarse a él cada vez más, a dejar de vivir en automático y volver a decidir qué vida quería para mí.
Recuperar mis reglas y vivir en sintonía con ellas,
¿Cómo así que las hormonas actúan en todo nuestro cuerpo?
¿Cómo así que somos cíclicas y no lineales como los hombres?
Empezó a abrirse un mundo de auto indagación y autoconocimiento a través del ciclo menstrual.
Me empecé a dar cuenta que cuanto más me conectaba a lo que mis hormonas necesitaban en ese periodo del mes, más conexión tenía conmigo misma y más a gusto me sentía en mi cuerpo, SIN depender de una báscula que me dijera como estaba.
Conocerme a través de las fases y empezar a vivir en sintonía con mis hormonas es mi nuevo capítulo de vida y me gustaría compartirlo contigo.
Gracias por inspirarte con mi historia, si has llegado hasta aquí,
Bienvenida a mi comunidad de mujeres valientes, únicas, suaves, sensibles, que buscan otra forma de entenderse, de amarse y de reconectarse a la vida.